El deporte, como actividad cuyo atractivo reside en la retransmisión de sus competiciones, muda la piel y la diversifica en un nuevo terreno de juego. El que nunca antes se había visto. El que explica todo lo que ocurre después. La causa, por encima de la consecuencia. Y la raíz está en un vestuario, en un entrenamiento, en la vida privada de cada deportista, directivo o fan. El contenido audiovisual del deporte se ilumina justo cuando se apagan las luces de los estadios y pabellones.